martes, 23 de julio de 2013
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La verdad es que había escuchado muchas buenas críticas y me decidí por leerlo.
Tenemos como narrador a un personaje femenino, Lena Haloway que a medida que vamos avanzando en la lectura se conoce que su nombre es Magdalena y Lena es sólo una abreviación. Ella misma se describe como alguien que no es bonita pero tampoco fea, una más del montón.
Su mejor amiga se llama Hana Tate; Lena la describe como el tipo de chica que con sólo recogerse el cabello rubio ya parece salida de un estilista. Es el tipo de chica que todos quisieran tener.
Y hasta ahí me quedé. Y no sé si es que es mi impresión o esa historia tiene algo de cliché.
Lo que sucede con las novelas distópicas es que, a veces al innovar, también puede resultar un cliché. ¿Por qué? Porque tenemos el típico romance prohibido ante la sociedad. Y el problema es que se centran más en enfocar ese romance, que en indagar más a fondo acerca de lo que sea que trate el libro.
Puede que lo juzgue apresuradamente, puede que no, pero de cualquier forma no pienso leerlo. Simple y sencillamente no. Es que no me entra, ni me llega y dudo mucho que me vaya a llenar. Así que por el momento me quedo con la trilogía distópica Divergente, la cual siempre será super para mí.
¡Nos vemos en el próximo post!
